Como ya sabrán, seguiremos trabajando por este medio por otras dos semanas, por lo que tendremos que modificar la consigna de entrega del trabajo anterior.
Les pido que me envíen a este mail: celeste.riscino@gmail.com la tarea de la clase pasada, incluyendo algún comentario que quieran hacer sobre la película, no es necesario que sea muy extenso. Tienen tiempo hasta el lunes 6/4 para enviar las consignas del trabajo.
Con respecto al trabajo de esta semana, estamos trabajando en conjunto con la profesora Jazmín, de Prácticas del Lenguaje de 3°A y el profe Juan de Educación Artística. La idea es partir de la lectura de las siguientes canciones y poemas para pensar las experiencias de aquelles que atravesaron este período de nuestra historia.
Estamos en contacto, no duden en escribir sus consultas sobre el trabajo a mi correo.
Saludos.
Celeste
La carta perdida, Soledad Pastorutti
Mañana del día veintidós,
madre, hoy es tu cumpleaños.
Chaco ¡que lejos estoy!
En mi carta les dejo mi amor.
Todo es blanco y aquí en mi alrededor
nos humillan con grandeza
el Tano, el Polaco, el Andrés
Madre, cayeron los tres.
Es de noche, y los salgo a buscar
mi estrellas me quieren contar,
hace frío y aquí en soledad
hay mil almas que de guardia están.
Y sos un poco de sol,
toda nieve, toda viento.
Sos un puerto argentino
con bandera de otra nación.
Es la carta que nunca llegó
escrita allá en Malvinas.
Fue en abril del ochenta y dos
de un soldado que nunca volvió.
No volvieron más, Callejeros
Fue en abril que empezó
a engordarse tu resignación
sin saber ni perder ni ganar
tu bandera te empezó a traicionar
circo y pan como siempre fue acá
nos prendimos a jugar un mundial
y después nadie supo saltar
por los sueños que se hundieron allá
Oh, y no volvieron más
Oh, y no volvieron
Fue en abril que empezó
a engordarse tu resignación
sin saber ni perder ni ganar
tu bandera te empezó a traicionar
circo y pan como siempre fue acá
nos prendimos a jugar un mundial
y después nadie supo saltar
por los sueños que se hundieron allá
Oh, y no volvieron más
Oh, y no volvieron
Fue el alcohol
de una bota formal
el que quiso ver mi sueños quebrar
Nuestra cruz
no se quiso acordar
de los huecos de la lista oficial
Fue en abril que empezó
a engordarse tu resignación
sin saber ni perder ni ganar
tu bandera te empezó a traicionar
Oh, y no volvieron más
Oh, y no volvieron.
Los lapachos han vuelto a florecer, Alfredo Veiravé
Los lapachos han vuelto a florecer en este mes de agosto
como si fueran el eje de la historia, y la explosión de
sus flores rosadas un movimiento circular de suaves rotaciones
¿qué
piensan dentro de sus ramas (aparentemente
imperturbables) sobre
lo que pasó este otoño en los mares del sur bajo un
manto de neblinas?
Pero de pronto los lapachos florecieron y luego dejaron caer
sus flores en el sueño de esa llovizna sin noticias,
y los albatros quedaron sepultados en las Islas.
Y los padres nos quedamos mirando en el aeropuerto
cómo nuestros hijos subían a los aviones de transporte
con armas y cascos y mochilas y fuertes
borceguíes para el frío del sur abajo del planeta que se
iba cantando la marcha de San Lorenzo pero a él no lo podíamos distinguir
cuál era desde la terraza porque
ya no era nuestro hijo sino un soldado que iba hacia la guerra
y a mí se me cruzaron todas las palabras
rotas
tartamudas
y todavía siento que en aquella madrugada
cuando los aviones se perdieron en el cielo a las seis de la mañana
supe que ya podía escribir rabiosamente
la palabra cibilización con be larga, por lo menos.
Y como si nada hubiera ocurrido, en agosto los lapachos han vuelto a florecer
sobre nuestros corazones con armas de papel “igual que sobrevivientes
que vuelven de la guerra”.
Como La Cigarra, Mercedes Sosa
Tantas veces me mataron,
Tantas veces me morí,
Sin embargo estoy aquí resucitando.
Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal
Porque me mató tan mal,
Y seguí cantando.
Cantando al sol como la cigarra
Después de un año bajo la tierra,
Igual que sobreviviente
Que vuelve de la guerra.
Tantas veces me borraron,
Tantas desaparecí,
A mi propio entierro fui sola y llorando.
Hice un nudo del pañuelo, pero me olvidé después
Que no era la única vez,
Y seguí cantando.
Cantando al sol como la cigarra
Después de un año bajo la tierra,
Igual que sobreviviente
Que vuelve de la guerra.
Tantas veces te mataron…
"Total normalidad", Mariano Massone
Que no se diga
que no se sepa
quema los libros
rompe esas cosas
en esta mesa no se habla
ni de política ni de religión
del trabajo a la casa
de la casa al trabajo
nada de andar en cosas raras
que no se oiga
que no se escuche
al polvo guardalo debajo de la alfombra
ponele doble fondo a la biblioteca
porque si se enteran
por si nos espían
quizás sepan que vos y yo y ellos
escuchábamos esas canciones por esas épocas
en esta total normalidad
todos nuestros problemas estarán solucionados
no habrá pena ni olvidos
pero qué son esos golpes que se escuchan
en lo del vecino.